Los estudiantes de la carrera de Medicina de la Universidad Privada del Este, sede Presidente Franco, llevaron a cabo una significativa celebración del Día del Niño en la comunidad Bello Amanecer. Esta actividad forma parte del proyecto denominado "Salud y Bienestar", elaborado con el propósito de impactar positivamente tanto en la comunidad como en la formación de los futuros profesionales de la salud. El proyecto se desarrolló en dos etapas: una primera fase, en la que los estudiantes prestan servicios médicos y de salud a la comunidad, y una segunda fase, dedicada a la celebración y el disfrute de los más pequeños. Esta última etapa resultó de la unión de varios grupos estudiantiles (la Liga de Clínica Médica, La Liga de Medicina Familiar y La Atlética de Jaguares) para crear una experiencia más enriquecedora y memorable.

Durante esta jornada, los estudiantes llevaron golosinas, regalos, caritas pintadas, meriendas, gaseosas, y organizaron actividades recreativas, como el alquiler de dos globos locos, para los niños de la comunidad. Además, realizaron una entrega de donaciones, recaudadas previamente por los alumnos involucrados, demostrando así su compromiso y solidaridad con los más necesitados. Cada grupo se encargó de una parte esencial de la celebración: los miembros de la Clínica Médica fueron responsables de las golosinas y regalos, los de Medicina Familiar se encargaron de la merienda, y la Atlética Jaguares aportó con el alquiler de los globos locos, asegurando así una tarde llena de alegría y diversión.

El impacto de este proyecto es doble: por un lado, la comunidad Bello Amanecer recibió atención y cuidados, así como un día festivo para sus niños. Por otro lado, los estudiantes de Medicina (UPE) vivieron una experiencia que trasciende lo académico al involucrarse activamente en el bienestar de la comunidad. Este tipo de actividades refuerza valores como la empatía, el servicio y el compromiso social, que la UPE busca inculcar en sus estudiantes. Estas cualidades resultan esenciales para quienes están llamados a ser los futuros médicos del país.

Los estudiantes, al donar su tiempo y recursos, ofrecieron la experiencia de ser parte de un esfuerzo colectivo que une a la comunidad y enriquece su propia formación. Este proyecto es un claro ejemplo de cómo la educación y el servicio comunitario pueden ir de la mano, creando un impacto duradero en todos los involucrados.

Al finalizar la jornada, quedó claro que el verdadero regalo del Día del Niño fue para los estudiantes, quienes se llevaron consigo la gratificante experiencia de haber hecho una diferencia en la vida de estos niños, aprendiendo que ser médico no solo implica conocimientos técnicos, sino también un corazón dispuesto a servir.